La
Scenic Road que bordea la costa occidental del lago Pukaki nos obliga a
parar una y otra vez a fotografiar esta maravilla. El tiempo no podía
ser mejor. El paisaje es fabuloso. Pensar que normalmente está oculto
por nubes... Los nervios y la emoción nos invaden, de verdad. No podemos
creer que estemos en plenos Alpes Neozelandeses.
El
P.N. Aoraki/M. Cook, parte de la llamada Te Wahipounamu junto a los
P.N. de Fiorland, Monte Aspiring y Wetland, es Patrimonio de la
Humanidad, con 140 cumbres que superan los 2000m y casi la mitad de su
territorio cubierto por el hielo de 72 glaciares. Resulta casi increíble
ya que la altitud no es para tanto. ¿No será que estamos en el
ficticio Caradhras, en el Señor de los Anillos?
Amanece
rosa en Mount Sefton después de una fría noche en el Camping Ground del
DOC. Algo hemos hecho bien para merecer otro espectacular y precioso
día! Ni una sóla nube en el cielo! Sin prisa, que el frío también es
espectacular, -6,5º.
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Mt. Sefton |
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Mt. Cook |
Iniciamos
senda por un pasillo estrecho de vegetación autóctona cubierta por
curiosas escamas de nieve. Este sendero se dirige a un mirador, el Kea
Point (2h ida/vuelta). Pronto comienzan las 1.850 escaleras, sí, sí. Al
ganar altura el Mount Cook acompaña al Sefton que se disfruta desde el
comienzo. Van apareciendo el Mueller Glacier Lake, el propio glaciar y
sus inmensas morrenas.
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subimos con el Sefton vigilándonos |
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El Hooker Valley queda atrás |
Detrás el Hooker Glacier Lake que da nombre al valle, Hokker Valley.
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Mt. Cook, Mueller lake y Hooker lake |
El
Aoraki, cada vez más espectacular. En 1851 el capitán John Stokes lo
bautizó como Mount Cook para homenajear al primer explorador que al
mando del HMS Acheron circunnavegó las islas de NZ en 1770: James Cook.
Aunque tiene gracia, éste nunca divisó esta montaña de 3.724m en su
expedición!
Rebasado el desvío al mirador, no podemos dejar de
subir. Qué ascensión!. A pesar del contraluz de la mañana no dejamos de
detenernos y hacer fotos. Qué ambiente! Continuamos por la Sealy Tarns,
senda a los lagos que asciende hasta el Mueller Hut en 3-4h. A las 2h
aproximadamente acaban las escaleras y aparecen unas trazas de esquí. Es
la zona más expuesta a las avalanchas, perfectamente indicada por
supuesto.
Se llega a una especie de collado y al girar nos quedamos
sin habla: el Sefton entero, un nuevo valle inmenso, más, más y más
montañas, los glaciares que parece que nos van a caer encima.
Enfilamos
hacia el Mueller Hut, todavía nos va a costar una media horica. El
refugio de 30 literas está perfectamente equipado, un lujo.
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Mueller Hut bien visible |
Detrás
del refugio el Mount Ollivier (1933m) nos está llamando, y no nos
resistimos, no podemos parar. El clima de esta zona es severísimo, a tan
sólo 44km de la costa la meteo aquí es muy cambiante debido a la
influencia del mar de Tasmania que se traduce en vientos y tormentas
súbitas. Así que, este regalo hay que aprovechar.
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En la terracita del Mueller Hut |
Seguimos unas trazas hacia la cima, está más allá (las cimas casi siempre están más allá), tras recorrer la arista.
El
descenso es cómodo, bastante rápido y es que estamos eufóricos. Los
paisajes que hemos visto y el ambiente del que hemos disfrutado no lo
vamos a olvidar nunca.
Parece
que no nos queremos ir. De vuelta, en la carretera, tras rebasar el
cruce que se dirige al Tasman Valley tenemos dudas de si entrar y
retrocedemos para tomar unas fotos del Tasman valley. Cuesta irse. Pero
es tarde y continuamos ruta a Twizel.
Ha
sido un día histórico. Nos vamos con el sentimiento de llevarnos uno de
esos tesoros que quedan para siempre, que no se gastan ni desaparecen y
te hacen más rico. Uno de esos recuerdos a los que recurres tanto en
los días de euforia, como en los de tristeza, antídoto para todo.
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