Soplan y  zarandean  a esta sociedad desorientada, de valores trastornados, y  arrecian  también en el mundo de la montaña y del montañismo dando lugar a graves   problemas, muchas veces comentados, que se perpetuan sin solución porque en  amplios sectores de la sociedad, incluso del mundo deportivo, bien por egoísmo,  bien por ignorancia, se piensa que la montaña puede con todo, que es un simple  objeto para pisar, usar y hasta abusar. En estos días, encarando un nuevo curso,  repasaremos temas concretos como la reciente carta abierta que sobre cuestiones  internas ha mandado el Presidente, las cuentas de la EMF, y el grave problema de  la agresión a naturaleza y montaña. Los comentaré sucesivamente en los próximos  días. 
CARTA  ABIERTA DEL SR. PRESIDENTE SOBRE DIVISIONES INTERNAS  
     Es de  fecha 4-7-11, dirigida a miembros de la Asamblea, y explica que hay noticias de  una proyectada moción de censura a la Junta Directiva, “obra de personas que lo  único que hacen es poner dificultades y hacer prevalecer sus intereses  personales”. Considera que la moción de censura, por distintas razones que  explica, “es infundada, inoportuna, negativa e inconveniente”. (El texto  completo se puede ver en la página www.emf-fvm.com). Evidentemente, explica cosas  en las que tiene razón. Sin embargo, hay algo más, tenemos una situación  complicada, la EMF lleva años de singladura azarosa. La cuestión ha tenido  cierta resonancia, ha llegado hasta el Director de Deportes del Gobierno Vasco,  Patxi Mutiloa,  quien ha marcado unas pautas para la votación de la moción de  censura, supuesto que ésta tiene lugar. Posteriormente, el 28-7, el Sr.  Presidente manifiesta su voluntad de terminar el mandato  con adelanto del  proceso electoral.
      Ciertamente, es obvio que en Palacio y cualquier otro centro de poder pululan  cortesanos intrigantes, algo muy antiguo, hay que contar con ello. Tan natural  como para los pájaros el volar es para los intrigantes el intrigar. Pero para su  remedio no basta con la denuncia, hay que ir a la raíz, empezar por ver cómo es  la legitimidad y manera de gobernar de los líderes correspondientes. Como  ejemplo de problemas de liderazgo, puesto un poco a modo de caricatura, están  las monarquías y los reyes, éstos van, vienen, viajan, se hacen fotos,  a su  manera trabajan, sin embargo muchos ciudadanos no los aprecian y preferirían un  Presidente de los que van en bicicleta a la oficina. Se necesita el ejemplo de  una labor sólida y clara, de no ser así el clima es propicio para el descontento  y las intrigas.
     Salvando  las distancias, algo de esto tenemos en nuestra EMF, sus directivos trabajan,  van, vienen, viajan, presiden reuniones, se hacen fotos, pero muchos montañeros  quedamos fríos y, con la excepción de la minoría que está en la cercanía del  poder, o tiene interés en concretas actividades y se beneficia del  statu quo,  pues resulta que hay un extendidísimo pasotismo.
     Qué   pasa abajo, entre los montañeros de a pie?  
     No  estamos para alegrías, hemos sufrido la “revolución” de los primeros años de  este siglo (nota 1), a consecuencia de la cual el mundo de la montaña se ha   fracturado en dos grupos, uno de  un millar de montañeros que se han hecho  “competitivos” y gozan del favor de la EMF (van hacia una Tierra de Promisión  recién revelada, la del espectáculo, del patrocinio y de la competición), y otro  de 28.000 “tranquilos montañeros tradicionales” que siguen en la vieja casona.  En la familia cuando los hijos se hacen mayores, se van de casa, pero aquí los  “competitivos” han preferido continuar al calorcito y la sopa boba  de la vieja  casona de la EMF, fundada en  1.924, donde los gastos corren a cargo de los  “montañeros tradicionales”. Es una situación confusa que ha traído malas  consecuencias. Del ¿a dónde se va?,  de las metas de la EMF, se sabe poco, están  en el aire preguntas que no contestan. Del crecimiento de los gastos deducimos  que se va a una organización cara y pesada, centralizada en Vitoria, hecha  improvisando pues no se ve una planificación a corto ni a largo plazo, pero no  sabemos más.
     Varios  años más tarde, en 2.006, el legislador que hizo el Decreto 16/2.006 sobre las  Federaciones  deportivas del País  Vasco, tuvo la ocasión de clarificar y  ordenar la situación, pero no la aprovechó. Es una norma correcta a lo largo de  su articulado, pero al final, en el Catálogo de modalidades y disciplinas anexo  al Decreto, a la hora de meter en 49  cestas o “modalidades” las 252 disciplinas  que en el habla corriente llamamos deportes, añade confusión. No se acierta a  ver qué criterios utiliza, si atiende a la esencia del deporte,  o al lugar  físico donde se realiza, o si hay cierto compadreo para contentar a determinadas  personas. Veamos un par de ejemplos cercanos a nosotros:
          -el  esquí de travesía queda en “Montaña” y no va a “Deportes de invierno” con sus  hermanos gemelos esquí alpino y esquí de fondo, que comparten con él la esencia  y la finalidad.
     -las  carreras de montaña vienen a “Montaña” y no van a “Atletismo” con sus hermanas  “Campo a través” o “Ruta”. Si lo que se tiene en cuenta no es la finalidad o  esencia de la disciplina y se atiende a algo accidental como el escenario de  desarrollo ¿por qué no vienen a “Montaña” el ciclismo de montaña, la caza y  algunas más?
     Esta  confusión que tenemos, este ir juntos y revueltos competitivos y tradicionales,  no se da en la UIAA (Unión Internacional de Asociaciones de Montaña) en una  situación de naturaleza semejante a la nuestra (nota 2), allí están los alemanes  y los austriacos para poner orden. Para empezar, el esquí y las carreras ni  siquiera están en la UIAA, han buscado sus casas propias, la ISMF y la ISF. Por  otro lado los alemanes y los austriacos no están de acuerdo con la deriva a la  escalada y al esquí de competición, con olvido del alpinismo tradicional, y se  han dado de baja en el año 2.008. ¿Por qué no se nos explican bien estas cosas?  
     Poco más  sabemos los montañeros. En mis felices años ni siquiera conocía el nombre de mi  Presidente. En 2.005 fue nombrada Presidenta una chica de excelente imagen, muy  bien preparada,  que despertó ilusión y quien, aunque un tanto escorada hacia la  competición, quiso hacer  cosas, pero las intrigas personales no le dejaron  trabajar. Desde aquellos tiempos estamos en una inacabable interinidad, en  permanente periodo preelectoral, simplemente vegetando. Hay desencanto, no nos  ilusiona nuestra remota y ajena dirección, lo cual ya es un problema en sí,  aparte ser caldo de cultivo donde nacen rencillas y diferencias personales.  
     Lástima  de 10 años perdidos, gobernados por la moda, dejados de lado valores esenciales,  y con un futuro incierto porque en el día de hoy no se atisba un horizonte  claro.
      ¿Qué  Dirección se echa de menos? 
     Los  montañeros corrientes nos preocupamos poco de estas cosas, pero puestos a pensar  diríamos que la Dirección no tiene  que estar constituida por un conjunto de  personas notables o brillantes. El que fue Papa Juan XXIII, cuando en vísperas  del Sínodo se barajaban papables, cardenales archisabios y protonotables, dijo  que la Iglesia no los necesitaba, que lo que la Iglesia necesita para Papa es un  párroco.
     En mi  opinión de persona alejada de los pasillos del poder, su perfil sería el de  persona sencilla, con ganas de trabajar, joven, todavía mejor si es chica, nos   llevan delantera con su talento práctico y  a lo largo de la Historia han  demostrado ser mejores gestoras y administradoras. ¿Un mirlo blanco con tres íes  –inteligente, íntegro, independiente-?, bueno, haberlos  haylos, otra cosa es  que  quieran venir a esta milonga de enredos. Luego, puesta esa persona en  funciones, tiene que ser respetada, los clubes tienen que vigilar para que así  sea. A cumplir con su deber libremente consentido, el deber que el gaucho Martín  Fierro exigía de su coronel (que distraía su tropa con cosas ajenas a su deber  de defender la frontera), del que decía “que a su entender, el jefe que esté de  estable, no tenga más que su poncho y su sable, su caballo y su deber”.  
     Ya me doy  cuenta que  he pintado un personaje ideal y que habrá que aterrizar, porque la  realidad puede ser otra, esto ha tenido ya un largo recorrido, se ha llegado  hasta una EMF con organización pesada centralizada en Vitoria, lo que conlleva  la exigencia de  dedicación plena de su Presidente, y surge la pregunta  ¿dónde  está la  persona con obligaciones laborales y residente fuera de Vitoria que  puede cumplir con esa exigencia? Una solución de buen humor  podría ser  establecer por Decreto que el puesto de Presidente se reserva para jubilado o  rentista con residencia en Vitoria. ¿Os parece bien?, ¿o buscamos otro  apaño?
     Algo  más alrededor del mundo del espectáculo, del patrocinio y  de la competición  
     Bien, el  marco ambiente en que nos movemos es de desorientación, desde la raíz,  a saber:  en la propia sociedad (nuestra sociedad del estrés,  de las prisas para tener  dinero y cosas y cosas, del  estreñimiento, del  insomnio, de las  deudas, de  las  pastillas para dormir); en el deporte profesional, y más lejos (donde  preside el becerro de oro); en todas partes porque ha habido una glaciación y se  ha secado el árbol de la deportividad (nota 3) Donde no hay deportividad los  valores esenciales del deporte se prostituyen, en el deporte profesional y en  otros también dependientes del dinero necesariamente hay que ganar, a toda  costa, incluso recurriendo al fraude o al doping, porque el patrocinio exige  victorias, podio. Ahí está, reciente, el caso del descenso del Lhotse, en el   Himalaya, el 21 de mayo pasado, un escándalo: simulación de éxito (para la  publicidad) cuando fue un fracaso; imprevisión; uso de corticoides; ayuda masiva  de serpas (hasta para subir cervezas); olvido de la ética, dejando arriba un  compañero abandonado; ninguno de los 7 volvió por su propio pie. Bien, pues  aunque alguien pueda decir que este caso es excepcional, en realidad no es tal,  sino fruta propia de ese mundo del espectáculo, del patrocinio y de la  competición, de verdad, todo un espectáculo. Salvando las distancias,  pasa  también abajo, no solo en el Himalaya.
      Resumen
     No estoy  seguro de haber explicado con claridad la situación,  vieja, enredada y que en  mi opinión va más allá de lo que puede resolver un simple cambio de personas,  porque los problemas son hondos y lo  que en realidad está gastado y tendría que  cambiar son  un determinado estilo de gobernar y el modo de entender la montaña,  ahí es donde tenéis que poner vuestra atención, lo demás será perder el tiempo.  Es cosa para reflexionar, tarea que corresponde a personas notables con  influencia en el firmamento deportivo (autoridades deportivas y medio  ambientales, responsables de clubes, federaciones, Pyrenaica, medios de  comunicación), son deberes propios del cargo. 
     Un  ruego personal
     Todavía  tengo alguna dificultad para llegar a los montañeros, por eso os ruego que  paséis mis comentarios a vuestros conocidos, por si pueden ser de su interés.  
     Un abrazo  muy fuerte, primero para todas y luego para todos.
Vidal  Olabarría                                    Bilbao, 1 septiembre  2.011
Montañero
Federado  14.416.008
Bilbao
      NOTAS
     Nota  1. La primera década del siglo XXI. La revolución de los competitivos  
     En el día  que nació este siglo no sé  si “la mar estaba en calma y la luna  estaba  crecida, o al revés”, pero sí que un mal fario alumbró su nacimiento. ¿Qué pasó?  Pues que por los años 2.000/2.001 la Marcha emblemática de Los Tres Grandes ha  perdido su expreso  carácter fundacional y se ha hecho competitiva; que empiezan  a hacerse carreras por la montaña; que se organizan las Marchas de Largo  Recorrido pero se contagian de la competición y se desnaturalizan, espantando a  los montañeros mayores; la escalada deportiva y el esquí son competición.  Únicamente se considera mérito hacer cosas cada vez difíciles, importa la  dificultad sin más, sin atender  al modo o estilo de realización, se presume de  dominar pruebas “cañeras”, como dicen ellos, andan por ahí como un millar de  montañeros que se han metamorfoseado en “cañeros”. Con el empuje de éstos la  moda avanza arrolladora y la Dirección de la EMF se monta y se deja llevar por  la ola. Así, en la primavera de 2.001, el nuevo Presidente explica su programa a  la Asamblea y, entre varias otras cosas, estima que procede desarrollar la  competición, que es la forma novedosa de ver el deporte en este momento  (Pyrenaica, nº 203). No es tema que se debate, simplemente lo enuncia, por  cierto en una Asamblea con escasa concurrencia, 37 clubes del País Vasco. No  hubo lo que debería ser una presentación seria al mundo montañero, un Proyecto  donde se plantean los objetivos, los beneficios, los costos, los plazos, las  repercusiones, todo lo cual tiene que ser previamente autorizado. En el segundo  semestre (Pyrenaica nº 205) se hace una entusiasta y vibrante  “proclama” a  favor  de la competición considerada como el inevitable futuro a donde vamos  para entrar en un mundo diferente regido por las reglas  del espectáculo, del  patrocinio y de la competición. ¡Vaya!, la Tierra de Promisión, un mundo donde  mandan el dinero y el espectáculo, y quedan de lado cosas caducadas como la  deportividad, el disfrutar de la montaña y la defensa de ésta. Las cosas se  fueron haciendo como a oscuras, enmascarando la realidad con un discurso  grandilocuente, llegando a debilitar seriamente el montañismo tradicional.  
     En  resumen, ha pasado que la EMF, con el empuje de un millar  de montañeros  competitivos, ha hecho una “refundación” de la Federación para ir a un mundo  ideal y diferente. Revolución para ellos solos porque a los 28.000 “montañeros  tradicionales” lo de ese mundo ideal nos suena a música celestial. Nosotros  seguimos siendo los mismos y haciendo lo de siempre, la diferencia está en que  quedamos en segundo plano, útiles solo para pagar las cuotas. Hay un crecimiento  considerable de los gastos de la EMF, consecuencia de la competición, pero el  sostenimiento de la EMF está prácticamente a nuestro cargo. Parece que nadie  repara en esto, como en los amores triangulares pagamos nosotros, los viejos,  pero la EMF se enamora de ellos, los jóvenes de moda. Tiene  gracia.
         Nota 2. La UIAA (Unión Internacional de Asociaciones de Montaña)   
     Esta  Asociación, a la que pertenecemos, tuvo problemas semejantes a los nuestros, de  deriva hacia la competición, y parece ser que también el requerimiento de una  organización pesada. Por ello los alemanes y los austriacos (con un peso ellos  solos de 1.078.000 montañeros federados, prácticamente tantos como el total de  los restantes 13 países representados en la Unión) se han dado de baja por  discrepancias fundamentales. Esto viene de la Asamblea de New Delhi (2.004)  donde unos países se vuelcan en la competición y otros prefieren centrarse en el  alpinismo, lo que requeriría una estructura mínima, (como se ve, quieren una  organización ligera, delgada). Esto culminó en la Asamblea de Teherán (2.008)  donde Alemania y Austria se separan definitivamente, alegando que la UIAA se  está concentrando  en la escalada y el esquí de competición, olvidando las áreas  de promoción y apoyo al alpinismo tradicional. Es un problema importante para la  UIAA y a la vez espejo en que se reflejan problemas semejantes en la EMF, por  ello en repetidas ocasiones he manifestado que conviene conocer las actas de las  reuniones de New Delhi y Teherán, para conocer sus razones, las de los  contrarios y la postura de la EMF, pero ésta hace oídos sordos  obstinadamente.
     Nota  3. El árbol de la deportividad
     Es el  árbol que no puede crecer donde sopla el viento helado del dinero, ese árbol tan  precioso que hace 3.000 años plantaron los viejos griegos (busca la perfección  física y espiritual, va más allá de la belleza y destreza de los movimientos  corporales); el que en el siglo XVIII replantaron los británicos;  el que se ha  vivido en la montaña hasta que han venido los tiempos revueltos de la  competitividad; el que en la alta montaña practican algunos idealistas (para  citar solo nuestros, Iñurrategui, Zerain, Txikon, Zabalza   y unos cuantos más,  no demasiados); el de la ética y estética (sinónimos de deportividad)  que exige  nuestro histórico Angel Landa; el que falta en algunos que malamente van  corriendo en las marchas, mi abuela diría que corren sin gracia ni fundamento,  como ganorabakos;  el de la opinión de Heinz Mariacher, gran escalador, “los  aspectos espirituales son más importantes  que la estrechez mental del  pensamiento competitivo”, y “todo el mundo corre y salta de record en record  para conseguir no se sabe qué”. ¿No os suena todo esto a música de viejos  griegos?
     Ese árbol  se cultiva poco en la montaña que conozco, no hay cultura deportiva, tenemos  solo la de la fuerza física, del  músculo ostentoso, del ganar porque no se ha  aprendido a perder, de los  récords, sin más. Si  hablas de otros valores te  miran con cara rara, cómo les vas a explicar que la montaña es un ser vivo lleno  de otros seres vivos, donde las cosas son de otra manera, es imposible, hablamos  idiomas distintos.  Es una pena que la EMF tenga Pyrenaica, donde se deberían  enseñar estas cosas, pero no, hay temas trascendentales –la deportividad, la  esencia del montañismo tradicional y la defensa de la montaña- que apenas asoman  en sus páginas editoriales, a lo sumo alguna chispa retórica, como fuego fatuo,  sin calor ni pasión. Es una revista preciosa de cabo a rabo, con excelentes  reportajes y muy buenas fotografías, pero se queda ahí. 
1 comentario:
Todo lo que funciona mal es susceptible de empeorar. Hasta ahra no habian metido la mano en la caja, veremos con los que vienen tras cargarse ya dos prseidentes.
Publicar un comentario