ACCIDENTES EN LA MONTAÑA

Comienzo de año trágico en la montaña

La tragedia hace cumbre en Euskadi

Nueve montañeros vascos han fallecido en dos meses, siete sepultados por aludes y dos por caídas w Los expertos señalan la falta de prudencia y preparación como culpables de esta avalancha de accidentes

M. Hernández / a. Rodríguez - Domingo, 7 de Marzo de 2010 - Actualizado a las 08:09h.

Nueve montañeros vascos fallecidos en un par de meses. Uno por semana. La cifra, dicha así, a bocajarro, asusta, y pese a que la Federación Vasca de Montaña no quiera desatar las alarmas, la sensación de que los macizos se están cobrando más vidas de las habituales es generalizada. A esta percepción contribuyen el incesante goteo de accidentes mortales -con una veintena de víctimas en todo el Estado- y el hecho de que el año pasado fuera especialmente benévolo con los mendizales. De hecho, según los datos facilitados a este periódico, en 2009 sólo fallecieron dos aficionados federados en la CAV o Nafarroa, mientras que este año ese dato ya se ha triplicado.

Las imprudencias, la falta de preparación, las prisas por apuntarse un tresmil, el mayor riesgo de avalancha o el aumento del número de montañeros son algunos de los factores que explican, según los expertos consultados, esta cascada de desgraciados accidentes. Juanito Oiarzabal, el hombre que más ochomiles ha coronado de la historia, no se anda con rodeos: "Cuando la montaña no está en condiciones de practicarla, lo que hay que hacer es quedarse en casa, ¡joder!, que lo hemos repetido un millón de veces".

NO CAUSAR ALARMA

Recién estrenado el año, tres navarros perdieron la vida sepultados por un alud en la zona de La Collarada, en Huesca. Días más tarde, otros dos montañeros de la comunidad foral, cuyos cuerpos no se han podido recuperar, desaparecieron en los Pirineos franceses a causa de otra avalancha. También un alud sorprendió el 26 de enero a los dos hermanos, vecinos de Santutxu, que fallecieron mientras escalaban el Pico Curavacas, en Palencia. A esta dramática lista hay que añadir el montañero de Zorrotza, que murió el 26 de febrero tras sufrir una caída en las canteras de Atxarte, y el joven cuyo cuerpo fue encontrado el pasado lunes tras precipitarse en el monte Udala de Arrasate.

Pese al reguero de víctimas, Javier Arechaga, miembro de la Junta directiva de la Federación Vizcaina de Montaña, no considera la cifra "excesiva". De hecho, "culpa" a los medios de causar alarma. "En Alpes, muere un montón de gente todos los años y no es noticia porque no son vecinos de Rekalde. Si hay un revuelo político, se da una reseña de que se ha caído uno por un acantilado y otras veces se dedican páginas enteras. Eso hace que la sensación cambie mucho", explica. El alpinista Juanjo San Sebastián reconoce, sin embargo, que "han coincidido en las mismas fechas un montón de accidentes y parece que se encienden las alarmas. De todos modos, sí parece que ha habido más accidentes que otros años".

Imprudencia

Montañeros profesionales, como Juanito Oiarzabal, alertan de que la imprudencia es uno de los factores que explica el elevado número de fallecidos en las cumbres. "La gente no está concienciada para hacer las cosas como marcan los cánones, las personas tienen una tendencia a cometer muchísimas imprudencias, a no informarse bien de las condiciones de la montaña, de las condiciones meteorológicas...", lamenta.

Alberto Ayora, alpinista y militar, también establece en su libro Gestión del riesgo en montaña y en las actividades al aire libre una estrecha relación entre los accidentes y los errores cometidos por los propios montañeros. "Yo siempre insisto en el factor humano. En la mayor parte de las ocasiones tendríamos que descartar el término de accidente porque da un poco idea de accidentalidad no sujeta al individuo y muchas veces son los propios errores humanos los que motivan un accidente. Hay que ser cuidadoso porque siempre hay detrás una familia y es duro hacer llegar este mensaje, pero por desgracia en otras situaciones, como los accidentes de tráfico, somos conscientes de que muchas veces son excesos de velocidad, falta de atención... y en el medio natural pasa lo mismo", destaca este experto.

Sorprendido porque "en esta última época ha habido unas cuantas muertes por avalancha en fechas en las que el riesgo era muy alto, estaba en el cuatro e incluso el cinco", el escalador vizcaino Juanjo San Sebastián, que tomó parte en varias expediciones del programa Al filo de lo imposible, realiza un llamamiento a la sensatez. "Ningún alpinista estamos libres de haber hecho una y mil imprudencias en la vida. Quien muere o se pone en riesgo en la montaña tiene bastante de mi comprensión porque yo he hecho el idiota ochocientas mil veces. Dicho esto, ahora hay muchos elementos de información muy precisos a los que hay que hacer caso. Cuando tienes un riesgo de avalanchas tan alto hay alternativas", subraya.

Invierno feroz

El invierno tan feroz que está azotando este año también ha acentuado la versión cruel de la montaña. "Está siendo una temporada de mucho riesgo de avalanchas, la nieve no transforma debidamente, no sienta bien en el terreno y se producen aludes. Es un invierno muy anómalo que no deja practicar la montaña y la gente está nerviosa. Ahora estamos en temporada de esquí de montaña y si hace mal tiempo, no puedes ir, pero la gente se fía, se lanza y ocurren estas cosas", censura Juanito Oiarzabal. Alberto Ayora coincide al señalar que "está siendo un invierno complicado con muchas borrascas, precipitaciones no muy importantes pero que hacen que el manto nivoso no llegue a estabilizarse del todo. Entonces, persisten capas inestables en profundidad y hay cambios bruscos del tiempo".

Asimismo, el alpinista Juanra Madariaga insiste en que hay que estar bien formados. "Muchas personas se acercan a la montaña con ganas de hacer cosas, pero no con la necesaria preparación o el bagaje de muchos años. A veces eso puede ser un desencadenante de problemas". El bilbaino, con varios ochomiles a sus espaldas, habla de su experiencia. "A todos los que empiezan en el monte les recomiendo que vayan a algún curso de adaptación, que se informen en la Federación y vayan a practicar. El peligro forma parte de la montaña, no es como ir a la playa, y el hecho de conocerla en verano no quiere decir que en invierno sea igual. Muchos montañeros de élite llevamos un entrenamiento muy duro entre semana, es algo para lo que te vas preparando y luego sabes que los problemas que se te vayan a plantear los puedes solventar tú mismo porque tienes capacidad física y, sobre todo, mental para ello".

Más montañeros

Aludes, infartos, caídas, hipotermias por extravíos, desprendimientos... Las causas de las muertes en el monte se repiten, pero hay nuevas cartas sobre la meseta. "Últimamente hay mucha gente que quiere ir rápidamente a lo grande, que no conoce casi el monte de aquí, la tachuela, y se va a Pirineos y se mete en berenjenales muy gordos. Les empieza la fiebre de los tresmiles y ahí es donde viene el riesgo. Si lo haces bien y llevas pareja una formación, adelante. Esto no es una carrera que debas terminar en cinco años. Si lo haces en uno, fabuloso, pero acaba la carrera, que es lo importante", señala Javier Arechaga, desde la Federación Vizcaina de Montaña.

Todos los montañeros profesionales consultados coinciden, además, en que los percances camino de la cima aumentan porque cada vez hay más aficionados. "En la CAV somos 25.000 federados, pero hay mucha más gente que practica montaña", detalla Arechaga. Una de las razones de este boom mendizale es el abaratamiento de los equipos y la mejor accesibilidad a los picos. "Cuando yo era chaval -recuerda-, ir a Pirineos era una epopeya y para hacer el Anie te tenías que dar una paliza y ahora casi llegas con el coche". También contribuye a que cada vez más vascos se echen al monte el ansia de marcarse nuevos retos. "Mucha gente quiere hacer el más difícil todavía. El otro día me comentaba un montañero de los buenos: Joé, nosotros no hacíamos esquí de travesía hasta San José para que la nieve se asentase. Hoy en día tienes alertas de riesgo de aludes máximas y hay gente que lo va a hacer. ¿De qué vale que tengan mucha experiencia?".